viernes, 22 de julio de 2011
Mi deuda con Lucian Freud
Siempre quise escribir sobre Lucian Freud, vivo. Pero, ayer nos dejaba.
Me resultaba complicado imaginar que un pintor de su talento todavía estuviera con nosotros produciendo obras de un enorme valor y no hablo precisamente del monetario, disparado en los últimos años hasta el punto de convertirse en el artista vivo más cotizado.
Siempre he reconocido en Freud como un artista de otra epoca, quizás por sentir el aroma del color impresionista y la pincelada expresionista o quizás por no alejarse de temas tradicionales como las naturalezas muertas, o sus conocidos retratos y desnudos, quizás por recordarme un poco a Degas, un poco a Bacon. Pero, siempre lleva al desengaño, se trata de un pintor de nuestros días, con el drama y la sangre de nuestros días, soportando el peso de la historia del arte a sus espaldas. Se trata de una pintura perdurbadora, cruel y despiadada, pero enfrentada a su vez con una ternura y sensualidad sorprendente.
"Pinto gente, no por lo que quisieran ser, sino por lo que son" y así se ve su obra, descarnada y caliente, cruda, sin tapujos, para enseñarnos realmente que el lienzo puede ser más que una simple pose o una fotografía de modelo. Son retratos del alma, la soledad y el desamparo en el que viven sus protagonistas, que necesitan muchas veces un animal de compañía para vivir, para sobrevivir.
Lucian Freud, como su abuelo -el psicoanalista Sigmund-, también nos enseñó a pensar. Cuidemos su obra.
Relación de imágenes:
01- Lucian Freud "Reflection (autorretrato)", 1985
02- Lucian Freud "Benefits_supervisor_sleeping", 1995
03- Lucian Freud "Sunny Morning–Eight Legs" (fragmento), 1997
04- Lucian Freud "Painter and model", 1987
05- Lucian Freud "Naked girl asleep, II", 1968
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